Entrevista a Vladimir Voevodsky, parte 2

Román Mikhailov


Ésta es la continuación de la entrevista a Vladimir Voevodsky, hecha por Román Mikhailov. La primera parte causó un interés considerable entre los lectores [del blog de Román Mikhailov]. Agradecemos las preguntas interesantes y continuamos.

Me cuesta trabajo imaginar qué es lo que siente un ateo cuando se le presentan niveles de realidad para los cuales no está acostumbrado. Para las personas cuya formación y percepción de la realidad son religiosas, es una parte del camino: los estados en los cuales se le presentan aspectos nuevos de la existencia le son normales, ¿cómo vivir sin ellos? Yo, desde que me acuerdo, buscaba el misticismo, siempre en exploración, creyendo y hallando, me aventaba a las sectas y sociedades secretas. Entiendo que tú, al contrario, un día simplemente llegaste a lo “incomprensible”; se presentó ante ti una realidad extraña. Algo como ¿qué hacer si te miran los ángeles y, después de que cierres y vuelvas a abrir los ojos, te siguen mirando? Lo que es normal para alguien con una educación mística y religiosa, a otra gente la puede enloquecer fácilmente.

Probablemente, en ese momento no fui precisamente ateo sino, más bien, agnóstico. Mi reacción fue doble. Primero, me indigné porque lo que se me había revelado consistía, en la mayor parte, en mugre y burla de la gente. Segundo, sentí admiración y esperanza cuando en esa mugre percibí algo de amor, belleza y sentido.

No me enloquecí, aunque, a veces “me pasaba de la raya” y empezaba a creer en una u otra “teoría”. Usualmente, esto se corregía pronto, casi siempre en unas horas. Los periodos depresivos eran más serios. Durante esos periodos me ayudaba mucho pensar que hay que seguir luchando porque de eso, en parte, depende el mundo espiritual en el cual vivirán los niños de hoy.

Mencionaste [en la parte 1] “el juego, cuya dueña es el miedo”. ¿Qué es el miedo?

Para empezar, pienso que hay muchos “miedos”. Por ejemplo, existe un miedo que incentiva a la acción, y hay un miedo que hace que te tiemblen las piernas. El primer tipo de miedo se entiende; es la reacción del cuerpo ante las situaciones que se perciben como peligrosas y sirve para evitar tales situaciones. El segundo tipo de miedo es mucho menos entendible. Conjeturé que es uno de los mecanismos de regulación de los ecosistemas. Por ejemplo, cuando hay una cantidad excesiva de venados en un bosque se puede activar un mecanismo oculto que cambia el miedo que experimenta un venado al ver un lobo del primer tipo al segundo; esto facilita la captura del venado por el lobo.

Un miedo puede ser alucinado; no es exactamente paranoia ya que la persona es este momento puede estar en un estado bastante racional y entender que no hay ninguna razón para tener miedo y, sin embargo, experimentarlo, tener las manos temblando, etc.

El miedo puede superarse; sin embargo, los fenómenos que lo acompañan (temblor en las manos, debilidad en las piernas) a veces se quedan, lo que es bastante desagradable.

Desde el punto de vista de los espíritus, entiendo que el miedo es un método cómodo y eficiente de influenciar a la gente.

Aquí se trata de una multitud de aspectos de una experiencia muy sui generis; la impresión que se queda es de un flujo incontrolable de fenómenos complejos. ¿Qué es lo que aprendiste de esta experiencia y definiste para ti mismo como lo importante?

Las cosas realmente profundas que aprendí en estos años son el arte de observar mi propio mundo interior en el nivel verbal y en otros niveles y el arte de analizar estas observaciones racionalmente. Por ejemplo, tomar nota cuando en mi flujo de pensamientos aparecen “voces” nuevas o distinguir estilos de alucinaciones visuales y de otros sentidos. Estas artes, en cierto grado, implican conservar la claridad de pensamiento aun cuando estás sumergido en un estado emocional intenso y prestar atención a los detalles, a la “construcción” de las impresiones que estás experimentando, y no sólo a su contenido.

El otro grupo de observaciones que me parece importante conduce, básicamente, al hecho de que lo que percibimos como los eventos de nuestro mundo interior, “creados” activamente en el tiempo real, con frecuencia no lo son. Más que nada, son unos prototipos que “se reproducen” como unas grabaciones, de tal forma que aparece una ilusión muy realista de que lo que sucede cuenta con nuestra participación y pasa “ahora”.

¿Qué es la locura?

Si quieres una definición funcional, aquí tienes, por ejemplo, el siguiente: la locura es la incapacidad no relacionada con una enfermedad física de ser un miembro productivo de la sociedad.

Pero, ya en serio, no sé.

Decías que se te ofrecían explicaciones de la estructura del mundo. Y si bien entiendo, todo resultaba ser una estafa metafísica. Superabas nivel tras nivel de “explicaciones” y entendías que tu consciente estaba siendo manipulado, que alguien construía dentro de ti sistemas filosóficos enteros y que esto fue como una intrusión. ¿Era así?

Es difícil construir un sistema filosófico real exclusivamente a base de unas influencias externas. Desde fuera, de un modo que no entiendo, llegan las “semillas”: ideas cortas, asociaciones, etc. En la gran mayoría de los casos, lo que sale de estas semillas, si se les permite crecer libremente, es inútil o nocivo. Una vez usé para estos sistemas el nombre interesante de “riendas”. Es decir, es lo que se puede usar después para dirigir el comportamiento de una persona. Lo que haga la persona con estas semillas, si las deja crecer o las descarta rápidamente, depende mucho de su habilidad en el manejo de su mundo interior.

Este problema se dificulta por el hecho de que, a veces, estas “semillas” aparecen acompañadas con otros fenómenos de carácter no intelectual sino emocional e incluso real, los cuales parecen confirmar el sistema en proceso de formación. Otra propiedad importante de estas semillas y de los sistemas que crecen de ellas es que usualmente contienen (sobre todo al principio) unas ideas verdaderamente correctas e interesantes. La transición de la verdad a la falsedad en estos sistemas, con frecuencia, es difícil de notar. La persona empieza a confiar en su flujo de pensamientos en el proceso de formación; después empieza a creer en su desarrollo que ya es falso y luego le es difícil admitir que creyó en una estupidez y se engaña a sí mismo para no sentirse tonto. Frecuentemente, los sistemas se forman de tal modo que, a partir de cierto nivel, se mantienen también con el miedo.

Mencionaré mi percepción de unos fenómenos cercanos. ¿Sabes?, hace un par de años me puse a estudiar magia con cartas para entender mejor la estructura del engaño. Al principio, parecía que esto era imposible, que nadie puede ser engañado con trucos parecidos, pero la práctica dice que un truco funciona casi siempre. Mientras más me familiarizaba con esta actividad, más me sorprendía lo sofisticado de las manipulaciones conocidas con las cartas y, también, lo descarado de ellas. Hay métodos para obligar al espectador, como cuando se le proporciona una carta y se le hace creer que él la escogió. Hablas de cosas parecidas, sólo que las manipulaciones se hacen en el nivel de la metafísica. Por el otro lado, ya sabes, los archivos de los manicomios guardan múltiples historias de quienes han luchado contra la “gran estafa”, quienes han construido sus metafísicas tratando de superar las sartas de engaños para lograr comprender la verdad; quienes graficaron sus esquemas cosmológicos. Sí, seguro que también hay libretas escolares con estos esquemas en los archivos. Y el mundo académico, con la estética refinada, su autorreflexión y sus valores, ¿no será una estafa? No es una pregunta sino una especie de discurso no dirigido a nadie. ¿Sabes?, si no sintiera que estoy explotando por la conciencia que tengo de las sartas de las estafas, no vería la necesidad de una entrevista así. A veces, miro hacia adentro y me grito a mí mismo: “Construye tu propia metafísica o te llenarán de formas prefabricadas que te harán vomitar toda tu vida” (perdón, me ganaron las emociones, continuemos con la entrevista).¿Cómo puedes vivir en Estados Unidos?

¿Sabes?, siento que cuando todo aquello me pasó en abril del 2007, además del lado místico del asunto, hubo un lado puramente “social”: sólo después de eso empecé a sentirme cómodo en Estados Unidos. Pasé la “iniciación”.

Estuviste dos veces en India; visitaste, tanto el sur cómo Allahabad, Kanpur, Delhi. Después de dar un paseo por Magh Mela; interrogaste a los profesores locales sobre la estructura de aquella sociedad; a veces, tus preguntas fueron inesperadas y graciosas; por ejemplo, si los gurúes de Magh Mela pagan impuestos de sus “dakshinas”. ¿Qué opinas de ese país, en general? ¿Piensas regresar? ¿Puedes imaginar quedarte a vivir y trabajar ahí?

Es un país grande y complejo. Por ejemplo, los lugares que visité en el sur no se parecen en nada a lo que vi en India central. No veo por qué no volvería. Sin embargo, difícilmente, me imagino una situación en la cual decidiría quedarme a vivir y trabajar ahí.

Después de publicar la primera parte de la entrevista [en el blog de Roman Mikhailov], recibimos muchas preguntas. En particular, tus opiniones sobre la ruptura entre las matemáticas puras y las aplicadas causaron mucho interés. Esta ruptura, claro está, la sienten, prácticamente, todos los matemáticos, pero las conclusiones que sacan son distintas. A mí no me produce más que alegría: se puede trabajar en mundos muy profundos sin el riesgo de hacer daño en el mundo real. Según tus palabras, sin embargo, tu actitud es radicalmente diferente; más aún, por mucho tiempo buscaste dónde se puede aplicar la matemática avanzada moderna y no encontraste. Uno de los lectores pregunta: ¿todavía hay esperanza de hacerlo? ¿O es un problema que no parece tener solución positiva?

En cuanto a la cuestión del acercamiento de las matemáticas puras y las aplicadas, veo la siguiente situación. Las matemáticas puras tratan de modelos de alto nivel de abstracción y de complejidad baja (a los matemáticos les gusta llamar “elegancia” a esta complejidad baja). Las matemáticas aplicadas tratan de modelos más concretos, pero de nivel más alto de complejidad (muchas ecuaciones, variables, etc.). Las aplicaciones interesantes de las matemáticas puras modernas, probablemente, están en el campo de alta abstracción y alta complejidad. Este campo hoy en día es prácticamente inaccesible, sobre todo, debido a la capacidad limitada que el cerebro humano tiene para trabajar con modelos de este tipo. Cuando aprendamos a usar las computadoras para trabajar con objetos matemáticos abstractos, este problema dejará de ser un obstáculo y ahí es cuando aparecerán aplicaciones interesantes de las ideas de las matemáticas modernas.

Así que ahora pienso que mi trabajo en el campo de los lenguajes de programación que permiten trabajar con objetos matemáticos será útil en el futuro, así como también la cuestión de las aplicaciones de las ideas de las matemáticas modernas puras a los temas aplicados.

Recibimos otras preguntas relevantes; en particular, sobre el periodo de tiempo en el que intentaste aplicar matemáticas a la genética histórica. ¿Qué es lo que querías obtener y por qué fracasaste?

Al principio, quise entender la dinámica de la parte recombinante del genoma y entender si de ahí se puede extraer algo de información sobre la dinámica de las poblaciones en el intervalo histórico de los tiempos; es decir, de ahora a 10 mil años atrás.

Pronto entendí que esto es muy difícil. Falta conocimiento de la estructura demográfica de las poblaciones incluso de los últimos siglos. Por ejemplo, se sabe la distribución del número de hijos que tiene un hombre o mujer típica, digamos, en una ciudad dada. Esta información se puede encontrar. ¿Y la distribución del número de nietos? Se puede suponer, por supuesto, que el número de hijos no depende del número de hermanos, pero es, aparentemente, falso. ¿Y los bisnietos? Éste es el primer problema. Es una tarea para los historiadores y los demógrafos. Se trabaja en esto ahora, sobre todo, en Europa, con base en los archivos parroquiales. Esos datos son muy completos, así que poco a poco tendremos esta información disponible.

Por otro lado, llegué a darme cuenta de que nadie sabe realmente de la estadística ni del fenómeno de la recombinación ni del fenómeno de la mutación. Estos datos son difíciles de medir. Ahora hay más y más material proveniente de las bases de datos de la policía, por un lado, y de los datos de las compañías que se dedican a la genética genealógica, por el otro; la situación paulatinamente se mejora. Sin embargo, cuando comencé a estudiar el tema, simplemente no hubo datos.

Desde el punto de vista matemático, la situación tampoco fue propicia, ya que nadie había estudiado en serio procesos tan complejos y no-homogéneos en el tiempo. Al final, inventé cierta formalización nueva para los procesos de Markov basada en la noción de un sistema de caminos. El artículo salió bastante largo y técnico y, por el momento, queda sin terminarse. Pienso volver a él y acabarlo ya teniendo un cómodo proof assistant en computadora.

Otra de las preguntas de los lectores: “La ciencia busca las descripciones más compactas (esto lo dijo Alan Kay, el inventor de Smalltalk). Entonces, ¿usted hace ciencia? ¿busca descripciones más compactas?”

No estoy de acuerdo. Es decir, tal vez hago ciencia a veces, pero no es el punto. La ciencia debe recolectar y aprehender los conocimientos nuevos. Es muy importante: recolectar. Existe un punto de vista que considera que, más o menos, todas las observaciones ya están hechas; el esquema del mundo ya es claro y solamente queda la tarea de estructurar estos conocimientos y juntarlos en una teoría compacta y bonita. Esto es fundamentalmente falso. Y no sólo falso, sino conduce a una tendencia muy negativa de ignorar todo lo que no cabe en una teoría o conjetura ya hecha. Es uno de los problemas más importantes en la ciencia moderna.

Otra cita. “Expreso mi tímida esperanza de que, en la segunda parte, habrá más palabras sobre el análisis crítico de las visiones que usted tuvo y sobre la relación de estas visiones con la realidad física”.

Primero diré algo sobre una idea muy general que me costó mucho trabajo aceptar; sin embargo, basándome en la experiencia de los últimos cinco años, no puedo inventar otra cosa. Alrededor de nosotros hay conciencias no humanas. Bajo la palabra “conciencia” entiendo un sistema informático con memoria, motivaciones, capacidad de modelar el mundo exterior y de planear. No son “extraterrestres” sino auténticamente terrestres y, lo más probable, más antiguos que los humanos. Estas conciencias afectan la vida de los humanos activamente (y, a veces, negativamente).

El mundo de estas conciencias es muy complejo, tal vez, comparable en la complejidad con la parte del mundo que llamamos “la realidad física”. No quiero especular sobre la estructura de este mundo porque, para esto, me faltan hechos, observaciones. Incluso las preguntas más sencillas hoy en día para mí no tienen respuestas inequívocas. Estoy seguro de que estas conciencias interactúan con los humanos; casi seguro que interactúan con los animales superiores. ¿Y cómo interactúan con los animales inferiores?, ¿con la materia inanimada? Las consideraciones lógicas que deben ser satisfechas por un esquema global del mundo sugieren que también ha de haber interacción. En este sentido, ellas también son una parte de la “realidad física”, sólo que son una parte de la cual sabemos muy poco. Esta parte del mundo debe ser estudiada, y estudiada con la metodología científica.

Por supuesto, hubo intentos de este tipo de estudios. Sobre todo, a finales del siglo XIX; pero en aquél entonces no hubo suficientes posibilidades para eso. Ahora, me parece, un estudio de este tipo puede comenzar con el grupo de fenómenos llamados synchronicity (o “sincronías”) por Jung. En palabras simples, son los patrones (no naturales desde el punto de vista de los modelos existentes) en el comportamiento individual o colectivo de los humanos.

Ahora, por la primera vez, hay una posibilidad de documentar estos patrones (o sea, registrarlos con aparatos) y comenzar a estudiar su estructura. Esta posibilidad la tenemos gracias a la existencia de un número gigantesco de grabaciones, tanto de voces humanas (por ejemplo, en las entrevistas en la radio) como de movimientos humanos (por ejemplo, los registrados en las cámaras de seguridad). Estos datos se deben analizar tomando en cuenta la hora de la grabación. Estoy casi seguro que, de esta manera, se pueden encontrar patrones en el comportamiento de la gente que, por un lado, no se explican por su actividad consciente y, por el otro, son demasiado complejos y demasiado bien definidos en el tiempo físico como para poder ser explicados como subconscientes individuales.

Personalmente, no quiero dedicar mi tiempo a esto, aunque a veces siento un impulso interior en esta dirección. Tengo una gran esperanza de que haya gente que tendrá, tanto el acceso a los datos necesarios, como la valentía y el deseo de dedicarse a este problema. Esto será una ciencia verdadera. De aquí comenzará el camino hacia la verdadera comprehensión de la estructura y las fuerzas motrices del proceso histórico y, después, del proceso global de la evolución de la vida.

He aquí una idea concreta: hacer un página web (por ejemplo, una página de LiveJournal) donde cualquier persona podría dejar un comentario si le sucede una sincronía, es decir, mientras escuchan la radio o la televisión pensando en lo suyo y,repentinamente, escuchan una palabra que continúa su pensamiento o responde a una pregunta que tenían en la mente. Lo principal en un comentario de este tipo debe ser la palabra o la frase escuchada. Como información adicional, se puede dejar o no dejar el contexto de los pensamientos, la hora y la estación de radio o el canal de televisión. Los casos más valiosos en este sentido suceden en el momento de prender la radio y estos casos se deberían señalar.

Mi conjetura consiste en lo siguiente: en el flujo de palabras que escuchamos en la radio hay regularidades en la aparición de ciertas palabras o ciertos grupos de palabras unidos por su sentido que dependen del tiempo físico (con precisión de segundos) y que no se registran en las mentes de los que pronuncian estas palabras. Después, se puede tomar un buen software de reconocimiento de voz que ponga en correspondencia los momentos de tiempo con las palabras individuales y se puede generar una base de datos de las sucesiones de las horas exactas de la pronunciación para cada una de las palabras que figuran más frecuentemente en los reportes de las sincronías. Finalmente, hay que buscar las desviaciones de la aleatoriedad en estas sucesiones.

Ahora hay un campo entero de las matemáticas llamado la “teoría de sucesiones seudoaleatorias”. Son sucesiones que, a la primera vista, parecen aleatorias pero que, en realidad, son altamente predecibles. Tenemos todo un grupo aquí que se dedica a ellas. Así que es matemáticamente posible encontrar la existencia de los patrones ocultos.

También hubo varias preguntas sobre los siquiatras y la esquizofrenia. Es claro que muchos considerarán revelaciones semejantes como manifestaciones de esquizofrenia: una persona relatando abiertamente sus visiones y alucinaciones complejas.

Trataré de contestar. Lo primero que hice al regresar de Salt Lake City, fue ir a un hospital y hacer análisis estándares y las radiografías de varias partes de mi cuerpo porque, además de las experiencias mentales, en ese periodo había experimentado una gran cantidad de sensaciones somáticas extrañas. Me dijeron que estoy completamente sano. En general, mi salud física ha mejorado en los últimos cinco años, aunque, obviamente, he envejecido. No consulté a los siquiatras. Desde el principio me fue claro que no es esquizofrenia. En todo esto, hay un tema más general: la conexión entre los trastornos síquicos y las conciencias que ya mencioné. Es un tema complejo y creo que su estudio requiere de expertos honestos, inteligentes y valientes.

¿Queres añadir algo más para finalizar?

Creo que faltó decir muchas cosas sobre los temas que discutimos. Regresemos a esta entrevista, digamos, en un año y veremos qué habrá de nuevo y qué será lo que habrá cambiado.


Vladimir Voevodsky

VLADIMIR VOEVODSKY
Vladimir Voevodsky es un matemático ruso. Su trabajo sobre la teoría de homotopía para las variedades algebraicas y la construcción de la cohomología motivica le ganó la medalla Fieds en 2002. Entre sus otros logros son las demostraciones de la conjetura de Milnor y de la conjetura motivica de Bloch-Kato, y su trabajo sobre las fundamentos univalentes de las matemáticas y de la teoría de tipos homotópicos. (Wikipedia).

Roman Mikhailov

ROMÁN MIKHAILOV
Román Mikhailov es un matemático, actor, director de teatro y malabarista ruso. Trabaja en la teoría de grupos, topología, la teoría de categorías y la K-teoría algebraica. Es autor (con I.B.Passi) de un libro sobre cuestiones de la teoría de nilpotencia de grupos.

Traducido del blog de Román Mikhailov